Guía de compra

Tras varios años en los que llevo viendo cómo funciona este mundillo me he dado cuenta de ciertas cosas que quisiera compartir en forma de algunos consejos de compra que a mí me han venido bastante bien.

Por supuesto hay que entender que no he probado todo lo habido y por haber, que tampoco soy un experto en este campo ni pretendo serlo. Creo que para llegar a ese estado hay que o bien tener alguien que te suministre material, trabajar para una revista o canal de Youtube, o tener un buen montón de dinero.

Pero bueno, a falta de esas posibilidades he ido teniendo cada vez más claro que comprar material se beneficia mucho de algunas ideas básicas. Espero que sirvan de ayuda.

1. Lo más caro no es mejor sino aquello que más se adapta a nosotros

Nuestra cabeza nos juega malas pasadas y como vivimos en una sociedad de consumo lo más probable es que estemos educados para relacionar calidad y precio.

A fin de cuentas nuestra lógica nos dice que es así. El precio que estamos dispuestos a pagar viene de nuestra capacidad de generar dinero y ahorrar. Dado que esto último cada vez está más difícil y nos cuesta más, extrapolamos nuestro esfuerzo a lo que vale el producto. Así no es descabellado pensar que algo que nos cueste un gran esfuerzo necesariamente tiene que valer la pena.

Y no voy a engañar a nadie, obviamente hay saltos interesantes de calidad acústica cuando te asomas a productos más caros. Pero lo que no está tan claro es que eso vaya a repercutir en un disfrute mucho mayor de nuestra música, para mí es el punto fundamental.

Así pues, creo que tenemos que ser conscientes de qué es lo que más valoramos en nuestra escucha y las condiciones en que vivimos. No es lo mismo el que vive en un piso ruidoso (entonces quizás unos auriculares cerrados sean una gran opción) que si estás en una casa bien aislada, si vas a usarlos para ir en el autobús todos los días o en un entorno más tranquilo, si escuchas música acústica o electrónica…

También si lo compramos a ciegas y «por probar» o si es un producto que ya conocemos y tenemos claro que es justamente lo que queremos. No es lo mismo el riesgo en una que otra situación, y aquí lo más importante es estar tranquilos con la compra y que no sea una fuente de disgustos.

2. No gastes lo que no te sobra

Esto parece de perogrullo pero con tantas opciones que nos facilitan la compra a plazos muchas veces podemos embarcarnos en gastos excesivos.

Esto puede suponer un problema si luego nos damos cuenta que ese dinero lo necesitamos para otra cosa realmente importante. En esta situación nuestra compra puede volverse más un dolor de cabeza que otra cosa, además de los auto-reproches por la mala decisión está el hecho de que los productos se van a devaluar con la venta de segunda mano.

Así pues, si la compra pone en peligro tu situación económica pienso que es mejor conformarse con algo más barato y vivir más tranquilos. A fin de cuentas algo garantizado es que compremos lo que compremos nos vamos a acostumbrar a su sonido tarde o temprano.

3. Compra siempre lo más barato posible

Esta es para mí una norma bastante estricta: si es posible nunca comprar a precio «normal».

Todo lo que he comprado de forma impulsiva, llevado por una absurda sensación de «necesidad» que no podía posponer y a precio completo, ha sido bastante costoso a medio-largo plazo; y más si no había ninguna rebaja de por medio.

En mi caso, y supongo que en el de muchos otros, muchas veces las compras las haces a ciegas porque no tienes tiendas donde probar cerca ni nadie que te preste material. Así que lees reseñas y crees que te informas pero al final la prueba está en la tranquilidad de tu cuarto. Solo ahí sabrás si has acertado o no.

Si compras a precio normal y te gusta pues bueno, ya está, acertaste y tan felices. Pero si por lo que sea no es así y quieres vender de segunda mano la realidad es que has de estar dispuesto a devaluar un producto prácticamente nuevo una cantidad importante de dinero. Y esas pérdidas serán todavía mayores a mayor coste.

Tiene todo el sentido, nadie va a pagar 1500€ por una segunda mano que sale nueva por 1700€ (hay excepciones raras si está en garantía y muy nuevo). Eso sin contar que todos saben que esos 1700 pueden bajar en cualquier momento con una de las múltiples ofertas que puede haber a lo largo del año (día sin IVA, Black Friday, rebajas variadas, nuevos modelos que produzcan bajadas de precio en el stock antiguo…).

Así que tu cacharro de 1700 lo pones a 1300 y ya van 400€ menos y eso es suponiendo que tengas suerte.

Así que mi consejo es que siempre se compre de rebajas, ex-demo, open box, de segunda mano que tenga factura y garantía… cualquier cosa con tal de evitar ese problema.

Es cierto que en auriculares más económicos dicha devaluación parece mayor: si te costaron 500 y los vendes por 350 hay un 30% de pérdida que son 150€. De 1700 a 1300 hay «solo» un 23% pero son nada más y nada menos que 400€. Yo diría que es más doloroso perder 400 que 150.

4. La segunda mano es nuestra amiga

Cada vez se ve más material en wallapop, milanuncios y foros varios, ahí es donde están las verdaderas oportunidades y más si se acompañan de factura y garantía oficial.

Es cierto que a mucha gente le da reparo usar auriculares que otros se han puesto en su cabeza pero creo que puede llegar a compensar comprar unas almohadillas nuevas vs pagar todo el precio.

Para mí comprar de segunda mano estriba en:

  • No tener prisa (hay sistemas de alerta en muchas aplicaciones que te avisan si acaban de poner un anuncio que te interese)
  • No tener exigencias por tener el último modelo
  • Que el anuncio sea de fiar: hay que pedir que tenga fotos originales (ya van varias veces que he visto gente que usa las fotos de mi blog para sus anuncios; esas obviamente no son fotos del producto que están vendiendo), la descripción se ajuste al producto, el vendedor tenga buenas reseñas, etc.

Esto está bien para calmar un poco los ímpetus, reflexionar si verdaderamente nos merece o no la pena, evaluar tiendas o posibles ofertas interesantes mientras tanto… Y también, si lo acompañamos de no querer el último modelo, pues puede que encontremos cosas interesantes.

Creo que merece más la pena comprar un modelo antiguo (en este mundillo esa palabra puede ser aquello que tenga más de un año, tan rápido se mueve esto), que esté todavía en garantía y con un buen descuento del precio, que justo lo que tenemos en mente. Ser un poco flexibles nos puede ayudar a encontrar unos buenos auriculares que a lo mejor no habíamos pensado que podían encajarnos.

5. Comprar donde nos garanticen la devolución

Esto es más importante de lo que parece para aquella gente que vive en medios no urbanos o cuya tienda más próxima no queda a mano.

Obviamente un gran consejo es no comprar a ciegas pero no todo el mundo puede permitirse un fin de semana libre para ir a una gran ciudad a escuchar y probar distintos auriculares. Desde luego si tienes la opción pues mejor, pero si no es así más vale que leas las políticas de devolución en caso de que cuando los pruebes tranquilamente en casa no sean como tu esperas.

Esto también vale incluso aunque vayas a probarlos porque seamos sinceros, ¿cómo va a sustituir un ratito de pruebas en una tienda (que a veces no tienen habitáculos acondicionados para estar tranquilamente escuchando y evaluando correctamente o puede que no puedas probar tu propia música que conoces bien) con la escucha en tu casa?

En mi caso he encontrado la situación de probar unos auriculares en tienda, decidir que me gustan mucho y parecen cómodos, solo para comprobar que cuando los tenía puestos más de una hora seguida me producían un dolor de cabeza importante. Hay circunstancias que minusvaloras en el momento de la prueba, ya sea por excitación, por ilusión o porque no estás prestando la debida atención.

6. Haz caso únicamente a tus oídos y nivela el volumen en las comparaciones

Para mí es lo más fundamental para evitar desengaños.

Cada uno escucha de un modo diferente y tiene distintas prioridades por lo que es muy arriesgado fiarnos de lo que dice uno en un blog, canal de Youtube o el propio dependiente de la tienda física.

Si estamos probando material creo que lo más apropiado es hacer caso a lo que escuchamos y ser francos con nosotros mismos. ¿Se escucha mejor o no somos capaces de escuchar realmente una diferencia? Si dos auriculares nos parecen iguales no tiene mucho sentido elegir el más caro solo porque cueste más, sea más bonito o nos digan que es una mejoría sustancial.

Algo a tener en cuenta es que tendemos a percibir como mejor un sonido más intenso. Por ello recomiendo nivelar cuidadosamente los niveles para que la diferencia sea la mínima posible. Puede llevar un ratito pero la recompensa es poder elegir con mayor fundamento. Es probable que al igualar el volumen de dos dispositivos (fundamentalmente amplificadores o DACs) las diferencias se reduzcan, si llegan a ser indistinguibles pues…

7. Ojo a los adornos

Como adorno me refiero a la publicidad del producto. Es mucho más llamativo que nos digan que esos auriculares los hacen a mano en no sé dónde o que la nueva versión tiene tal o cual mejora técnica (acompañada de una descripción detallada sobre la caja), que si nos cuentan algo más prosaico.

Son muy típicas en las reseñas de auriculares que describan los aspectos técnicos como si repitieran la publicidad del fabricante: los imanes de tal o cual tipo disminuyen la distorsión (por supuesto siempre según el fabricante porque dudo que el reviewer lo haya medido directamente) o de que el driver de platino revestido en magnesio es mucho más rápido y realista que el otro.

Obviamente eso está pensado para crear expectativas y vender el producto. Lo antiguo solo tenía una membrana de 10 nanómetros y esta es de 2 por lo que es mucho mejor. Los que fabrican estos productos saben perfectamente que gran parte de lo que escuchamos depende de nuestra psicología y por tanto mientras más ilusionados estemos mejor nos va a sonar. Siendo un pelín escépticos podemos intentar reducir ese factor.

Y ojo, no digo que esa mejora en la ingeniería no sea real, solo que hay que enfocarlas con ucierta distancia y no abrazarlas como si solo por eso ya fueran a producir una mejora en el sonido.

8. El confort es fundamental

Aquí creo que no hay que hacer demasiadas concesiones. Si estamos probando algo en una tienda y se nos hace incómodo o las orejas tocan el fondo o bordes y la sensación es desagradable, lo más probable es que eso se mantenga en el tiempo.

Es cierto que en algunos casos podemos llegar a olvidarnos de esas sensaciones y centrarnos en la música, pero es algo que no hay que subestimar. Es como ir a escuchar música en un asiento cómodo, bien mullido y que nos deje centrarnos en lo importante o usar una silla de madera sin ningún acolchado. Yo no he estado en ningún concierto sentado en un banco de iglesia que no haya pensado a la media hora que resultaba bastante incómodo.

Hay otros casos en que el confort puede mejorar si aplastamos un poco la diadema o modificamos/cambiamos las almohadillas pero tendremos que plantearnos la relación calidad-precio del asunto. En unos auriculares de 2000 euros no veo por qué no han de ser cómodos recién sacados de la caja, de hecho molesta que el fabricante ni se haya molestado en ese aspecto. En unos de 200 estoy dispuesto a ser más amable.

9. Mira el precio de los recambios

Esto casi nunca se menciona en ningún lado pero creo que tenerlo en cuenta no está de más.

En mi caso lo aprendí por las malas cuando compré unos Focal Clear. A los pocos meses me di cuenta que las almohadillas y la diadema se estaban deteriorando y arrugando de forma importante así que decidí mirar cuánto valía cambiarlas.

Con las almohadillas originales el precio se iba a casi 200€, y la diadema o no se podía reemplazar o en algún lugar creo que costaba 300€. Es decir, en unos auriculares premium y de gama alta reemplazar esas partes iba a salir por 1/3 del total.

Obviamente puedes conseguir recambios no originales pero creo que dice mucho de una marca los precios que marquen.

Esto es más importante aún en auriculares de las gamas más altas. Un ejemplo práctico es que cambiar la diadema de unos Stax 009S sale por 949€. Es decir, una pieza de plástico sencilla puede llegar a costar lo mismo que muchos auriculares excelentes.

10. Escepticismo

Por último para afrontar la decisión con mayor tranquilidad recomiendo reservarnos una buena dosis de escepticismo.

Esto no solo vale para comprar auriculares sino para casi cualquier cosa en la vida. Todo lo que suponga soltar dinero viene bien afrontarlo con un escepticismo sano, a fin de cuentas está claro que todos los auriculares que vemos disponibles son en sí mismo reclamos publicitarios. Como quieren nuestro dinero me parece apropiado no soltarlo tan alegremente.

Sé que suena como si fuera un aguafiestas pero intento pensar de la siguiente manera: cuando nos dicen que A es mucho mejor que B lo enfoco como que posiblemente sean exageraciones, que cuando los escuche la diferencia no va a ser para tanto. Si me dicen que con este producto voy a sentir como si estuviera en una sala de conciertos pienso que bueno, es posible, pero me preparo para que no sea así ni mucho menos.

Así no solo vamos a hacer una compra más tranquilos sino que además será más sencillo eliminar ciertos sesgos. Lo mejor es no tener demasiadas expectativas e ir con la mente lo más tranquila posible.

11. Disfruta de tu compra

Hay muchas maneras de conseguir arruinarnos el disfrute cuando por fin hemos tomado la decisión y comprado nuestros auriculares.

Recomiendo la lectura de mi entrada: Como (no) disfrutar de tus auriculares, quizás pueda servir de ayuda y que esa compra recién hecha nos sea más satisfactoria.

5 comentarios en “Guía de compra”

  1. La metafísica en el sonido hace estragos y los vendeburras lo explotan para saquear a los compradores. No voy a decir más porque estoy muy de acuerdo en todo tu planteamiento, pero hay un pequeño matiz que no comparto.
    Soy profesional de estudios de grabación desde hace 40 años y como ahí no solemos usar cascos, no fue hasta hace un año que empecé a prestarles atención. Pues bien, después de mucho tiempo de dedicación, me atrevo a matizar tu idea de que el comprador debe fiarse de su oído a la hora de elegir. El oído engaña mucho (eso lo sabemos perfectamente en los estudios de grabación) y oye lo que quiere oír (de eso precisamente se aprovechan los vendeburras).
    Sin una formación sólida es recomendable que busquen asesoramiento en «gente fiable», con experiencia, con honestidad, sin intereses de intermediario en la compra. Eso hoy en día es bastante sencillo gracias a internet y dedicándole tiempo. Al que le sobre el dinero se puede ahorrar este trabajo, cuando se harte se compra otro y ya está. Pero lo ideal es aprender a educar el oído con cascos de un sonido fiable, que ayuden al cerebro como muy bien dices, «acostumbrarse» a un sonido honesto.
    Quiero hacer hincapié en tu idea de «igualar el volumen», pues es lo que más fácilmente percibe el oído y la mayor trampa para juzgarlo, error que veo constantemente incluso en el mundo profesional…. ¡Imprescindible igualar el volumen!
    Saludos 🙂

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    1. Incluso yo estoy de acuerdo contigo, solo que igual debería haber matizado que esta entrada no está orientada al mundo profesional (que ignoro completamente) sino al de aquellos que solo escuchamos por ocio.
      También pienso que está bien probar unos auriculares más neutros durante un tiempo para saber cómo es eso. Pero claro, en la entrada me estaba refiriendo más que nada a aquellos que por cuestiones presupuestarias van a tener una única alternativa de compra. En ese caso sigo creyendo que se ha de elegir el sonido que más guste, independientemente de reseñas y otras opiniones. A fin de cuentas cuando se trata de disfrutar es que nadie podrá decirnos que estamos equivocados siempre que el objetivo, el disfrute en sí mismo, se consiga :).
      Otra cosa es cuando se manifieste la inquietud de saber cómo es un sonido neutro, ahí hablamos de otro tipo de interés.
      Para mí lo de la psicología en el audio es fascinante. Escuchas unos auriculares y crees que estás escuchando una cosa, luego acudes a ver una gráfica FR de algún sitio más o menos fiable, y en ese momento empiezas a percibir otras. Está claro que no solo escuchamos con los oídos sino que hay una cantidad grande de variables psicológicas a tener en cuenta, y eso sin contar las fisiológicas propias del ritmo día-noche, agotamiento físico…
      Lo de igualar el volumen es algo que me parece crítico. Difícil de conseguir cuando dos auriculares tienen respuesta en frecuencia muy diferentes pero bastante más fácil cuando se trata de amplificadores, DACs… y los resultados suelen ser bastante reveladores.
      ¡Un saludo!

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      1. Efectivamente, el cerebro construye la realidad en base a la información que le llega y la vista, es una gran fuente de información. Cuando escuchas la música con un analizador de espectro delante, puedes percibir más cosas, y cuando lo haces con los ojos cerrados oyes otras.

        Como muy bien dices, no escuchamos igual siempre (presión atmosférica, cansancio, estado anímico, temperatura en el caso de los analógicos, etc…), por eso es tan importante tener tus pequeños trucos de referencia y a ser posible sistemas de medición, porque de lo contrario un día te puede sonar apagado y triste, y al día siguiente, brillante y alegre.

        Es apasionante el sonido y cuanto más lo conoces, más disfrutas con ello. Por eso pienso que lo primero es iniciarse con al ayuda de los que llevan más tiempo, y poco a poco ir desarrollando un criterio y gusto personal. Si partes de un sonido equilibrado que te muestre con honestidad lo que salió del estudio de grabación, estás educando el oído con referencias fiables. Por supuesto esto no quita que el día que apetezca darse un fiestón, sacas los cascos en V o le metes un shelving de graves y agudos con el amplificador, ¡y a disfrutar la vida!
        Saludos !

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      2. Muy buen comentario :).

        Tengo mucha curiosidad, como profesional del audio ¿qué auriculares considerarías «honestos» o «neutros»?

        También otra pregunta que me he hecho muchas veces, ¿crees que los auriculares son adecuados para reproducir aquello que a lo mejor ha sido pensado para unos altavoces? Me refiero al hecho de que el aire atenúa de forma diferente distintas frecuencias (creo entender que primero atenúa las agudas, corrígeme si me equivoco), por tanto al escuchar con auriculares quizás no aportan la distancia apropiada driver-oído para atenuar aquellas frecuencias que disminuirían si usas unos altavoces que, obviamente, están más alejados de nuestros oídos.

        Un saludo

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      3. Hola Vihueladelsur, a pesar de que he tenido auriculares desde hace un porrón de años por el tema de las grabaciones, nunca fue como algo fiable, al disponer siempre de buenos equipos de altavoces. Pero el año pasado empecé a interesarme por el tema y me di la gran empollada. De toda la información que iba leyendo, me resultaba más fiable la de aquellos que además de su oído entrenado, hacían sus propias mediciones (por eso llegué a este blog). De ahí he llegado a una colección de 15 modelos para diferentes usos, lo que me ha permitido comprobar informes de la gente que me daba confianza. Para la compra he seguido el buen consejo del autor de este bloq de «comprar por debajo del precio normal», por si te equivocas (en mi caso puse de tope 400€).
        En todos he practicado con curvas de ecualización y en este sentido recomiendo modelos que puedan funcionar sin necesidad de ecualizar, sobre todo si no se dispone de ecualizadores precisos con corrección de phase. Algunos necesitan más ecualización y se pueden llevar al sitio, pero hay otros que ni si quiera con ecualizador. He podido observar que el volumen de escucha es crítico, es decir, que no funcionan igual a escuchas bajas, medias o altas. Intentando ser un poco más preciso, el aumento de volumen con los cascos produce una sensación diferente a la que percibes con altavoces, con toda seguridad porque nuestro cuerpo (piel, pelo) interpreta el aumento de vibraciones en el aire producida por los graves. Sin embargo, con los cascos ese aumento de graves no se percibe en el cuerpo y la sensación al subir el volumen no es la esperada de la típica curva isofónica (graves y agudos crecen con el aumento de volumen). En los cascos con el aumento de volumen, se realzan mucho los agudos y apenas 1dB los graves (por no decir nada).
        Con esto quiero decir que depende del nivel de escucha (y el equilibrio general de la mezcla de lo que estemos escuchando), habría que considerar 2 ó 3 modelos. En mi caso he elegido para bajo volumen AKG K612, para medio volumen Sennheiser HD600 y para alto volumen HD650. Estos tres son fiables, puedo trabajar con ellos y las comprobaciones con otros cascos o equipos de altavoces nunca son decepcionantes. Esto no quita que pueda escuchar música con otros, pero cuando se trata de tomar decisiones que comprometen mi trabajo, esos 3 modelos que he comentado.
        Cuando los comparo con los altavoces (pareja de 8″ con subgrave y sala controlada acústicamente) se reconoce perfectamente, el color y el equilibrio se mantiene. Obviamente existen diferencias por lo que tú bien dices de la influencia de aire y por la separación de 180º de los cascos, pero ahí está. Suena más pequeñito en los cascos, vendría a ser como la maqueta detallada de un edificio y la construcción final a tamaño real.
        Por todo esto puedes deducir que con cascos se puede obtener una idea super cercana a lo que se cocina en los estudios de grabación. Puedes estar tranquilo con los cascos, siempre que hablemos de modelos que el fabricante haya querido acercarse a ese sonido honesto de una grabación con altavoces. Después hay otros modelos que se alejan de esa referencia y enfatizan otros detalles de los cascos, con realces de graves y agudos, separación de canales para aumentar la escena sonora, etc… Por lo tanto, disponer de más de un modelo, ya sea para diferentes niveles de escucha o para buscar otras sensaciones menos analíticas y más fiesteras, es un argumento muy valido y no es preciso gastar grandes sumas de dinero. Habrá quien prefiera tener un solo modelo carísimo pensando que con ese lo resuelve todo, pero dudo mucho que exista, a no ser que se gasta 60.000€ con el Sennheiser HE-1 que ya lleva su propio amplificador procesado para corregir los cambios que se producen a diferentes volúmenes.
        Espero haberme explicado, saludos 🙂

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