Hifiman y el hiperconsumismo

Aclaración inicial: no soy periodista de investigación ni estoy todo el día en internet mirando lo último de lo último en auriculares, así que cualquier inexactitud es debida a simple y llana ignorancia. ruego se me corrija en dicho caso, solo espero que no afecten demasiado a lo que quiero expresar.

Hubo un tiempo donde los Sennheiser HD800 eran los auriculares de gama alta más caros del mundo.

En aquel entonces, y todavía se puede leer en algunos foros y reseñas, algunos usuarios nos quedamos perplejos con semejante cosa, ¿de verdad merecían la pena teniendo excelentes auriculares como los HD600 o 650? Realmente parecía que la law of diminishing returns había tocado techo.

Pero miro ahora en 2023 y en los últimos años ha habido una proliferación en la producción de auriculares y de nuevas marcas dedicadas a ello. Antes si una empresa pequeña hubiera pedido por su primer modelo de auriculares 1900€ creo que la gente le hubiera tirado los trastos a la cabeza. Ahora se ve con sospecha pero no es raro que una empresa incipiente lance un par de auriculares superando los mil euros y se vea como normal.

Y la verdad, me parece que la visión previa tenía cierto sentido. Estamos hablando de audio, algo que en teoría habrá que saber diseñar y controlar. Si vas a pedir un dineral por algo lo que se esperaba es que detrás hubiera una ingeniería y diseño cuidados y probados, algo que pudiera superar la barrera del tiempo y durar muchos años. En ese sentido he de decir que los HD800, si bien carísimos en su momento, han sabido perdurar en el tiempo en forma de los ligeramente modificados HD800S y casi al mismo precio.

Esto empieza a parecer una anomalía, ¿comprar unos auriculares para tenerlos muchos años y con recambios asequibles y a buen precio? Pienso en la cantidad de auriculares Focal que hay de segunda mano, la mayoría con las almohadillas y acolchado de la diadema arrugados y de aspecto «sucio». Y las almohadillas al menos las puedes cambiar pero si son originales puede haber sorpresas como esta donde la unidad te sale a 120 dólares.

Tan sencillo como eso, cambiar las almohadillas de tus focal puede salirte por lo mismo que unos Sennheiser HD660S de segunda mano en perfecto estado. Si ya vamos a auriculares de lujo como unos Stax 009S el recambio de la diadema en España puede salirte por 950€, y el par de almohadillas por 200€.

¿Por qué sucede esto?

Para mí el principal problema es el cambio de mentalidad del consumidor. Si iba a casa de mis abuelos en el pueblo no era raro encontrarte una nevera que llevaba funcionando 45 años sin ningún problema, en aquel entonces lo que se pedía al producto era durabilidad y funcionalidad. El que fueran reparables era un requisito mínimo exigible.

Ahora estamos de lleno en una sociedad de consumo que parece se está trascendiendo a sí misma a algo más acelerado y desquiciante.

Nuestra forma de enfocar la vida es mucho más rápida, las redes sociales, las notificaciones en el móvil, nos crean una forma de vivir agitada, enfocada al estímulo constante. Los vídeos de Youtube, incluso de algunos que quieren exponer un tema en profundidad, apenas llegan a 15 minutos (cada vez se parecen más a panfletos que a fuentes fiables de información). Recuerdo una época donde los documentales de National Geographic tenían narrativa, un hilo argumental constante y sin pausa para anuncios; comparo con los de ahora donde se repiten mensajes simplificados una y otra vez con mucha animación banal en 3D y espacios cada cinco minutos para publicidad. Está claro que hemos pasado de una sociedad de consumo a algo más, ¿quizás ultraconsumo?

Y esto siempre ha sido un negocio pero el disfrute musical pudo ser alguna vez el objetivo secundario de los fabricantes de auriculares, ya está claro que ha sido relegado a un plano todavía más bajo. Esto lo ejemplifica perfectamente Hifiman.

Y que conste que no estoy diciendo que los auriculares Hifiman no sean buenos o disfrutables, los tiros van por otro lado.

En diciembre del año pasado sacaron un nuevo modelo de HE1000 con la tecnología Stealth. Los que siguen este blog verán la reseña que hice, me parecieron buenos auriculares pero no como para costar 2400€.

Cual es mi sorpresa que hace un par de días me meto en la tienda oficial de Hifiman y los encuentro con un descuento del 53%. Sí, ahora piden en torno a 1400€ y añadiré que este año han vuelto a sacar otras revisiones de modelos que no llegan al año y medio: Arya Organic y Ananda Nano.

Hifiman y los reviewers podrán decir lo que quieran pero es que es tan previsible… siempre el modelo nuevo tiene una tecnología «superior» y unos resultados acústicos «mejores». En «comparativas» con modelos «viejos» (de hace un año) te dirán que el Ananda Nano es mucho más resolutivo que el Edition XS y por supuesto mejor que el Ananda Stealth. Y ojo, no los he probado por lo que podría equivocarme pero de nuevo mi discurso no va a por ahí.

Como usuario realmente siento tres cosas: que lo más probable es que únicamente hayan cambiado el nombre y estética de los modelos, que tal innovación no existe o es menor y que están faltando al respecto a sus consumidores.

De lo primero creo que es obvio, cada cambio de versión va acompañado de una leve revisión estética acorde a lo que quiere expresar. Así el Arya Organic tiene una banda marrón, como de madera para que esa «organicidad» se sienta más auténtica. El Ananda Nano (con esa idea de nanotecnología) ha pasado a ser plateado.

Ellos mismos parecen estar diciendo que en realidad están innovando bien poco. A falta de gente que despiece sus auriculares y compruebe lo que dicen (al menos no he encontrado a nadie que lo haga) su proceso de venta parece ir en contra de esa supuesta innovación.

Y sospecho que es así por dos cosas: primero porque basándome en la experiencia previa dichos cambios no han supuesto una revolución en la forma de escuchar música. Sigue siendo escuchar unos auriculares y en cuanto a mi experiencia como usuario no difiere gran cosa de simplemente probar un producto nuevo con la excitación que eso conlleva. Uno espera que un gran cambio tecnológico lleve también un cambio en la experiencia musical.

Y segundo porque un desarrollo importante lleva tiempo. Hay que idearlo, producirlo y probarlo. Ver qué funciona y qué no, quizás un tiempo de prueba con consumidores reales y eso vale mucho dinero y llevará bastante tiempo… pero Hifiman está sacando modelos nuevos con una periodicidad que no supera el año. Me cuesta mucho encajar una gran renovación tecnológica con lo que veo.

Y siento que es faltar al respecto por lo siguiente que se entenderá con un un ejemplo reciente.

Desde que compré y vendí los Sennheiser HD660S hace muchos años siempre me quedé con las ganas de volver a tenerlos pero no quería gastarme los 500€ que pedían por ellos. Aquí Sennheiser recientemente me hizo un gran favor pues sacaron el modelo HD660s2 y esto ha hecho que el mercado de segunda mano se haya «llenado» de gente que vende sus modelos «antiguos» a muy buen precio.

¿Quiere decir que los 660s2 no merecen la pena? Ni de broma, no los he probado y no puedo opinar. Ahora bien, lo que está claro es que en este momento es cuando merece la pena comprar de segunda mano unos 660s.

Que comprar auriculares caros a precio completo era un absurdo es algo que uno aprende por las buenas o las malas. Pero con Hifiman es que prácticamente te lo dice la propia empresa: No compres nuestros auriculares a precio completo porque al año van a estar a la mitad.

No me parece normal que alguien se gaste una barbaridad de dinero y vea como su compra se devalúa de semejante manera. Suerte si quieres venderlos de segunda mano pero claro, aquí Hifiman te dice que si los compraste y registraste en su web puedes por un programa de Upgrade conseguir el modelo nuevo. Por supuesto pagando algo más.

Si alguna vez como consumidores nos hemos preguntado cuánto vale hacer auriculares y qué margen de beneficio tienen la respuesta en este caso es algo más clara. Producirlos debe costar bien poco y el margen ha de ser astronómico.

Se aprovechan de la coyuntura social de la rapidez, la novedad y el consumo para «cubrir» necesidades interiores más profundas. A su vez generan nuevos problemas: medioambientales (¿qué pasa con la producción, los desechos, los auriculares viejos…?), de mercado (pues si esto les funciona no es raro que otros hagan lo mismo) y psicológicos (usuarios que ya no disfrutan de la música y viven atemorizados por si han comprado o no lo que les convenía, sabiendo que en breve necesitarán una versión «actualizada» para seguir iguales).

De verdad el tema ambiental y social es algo que sorprende que no esté sobre la mesa con más frecuencia. Cuando compro unos auriculares nuevos, ¿qué está sucediendo paralelamente?, ¿cuántos recursos se han empleado?, ¿de verdad era necesario?, ¿y los residuos?, ¿han pagado bien a sus empleados?… Pero nada de eso importa, lo que de verdad como consumidor me interesa es tener lo último lo más rápido posible.

Usando el sentido común me parece que nos están tomando el pelo. Pueden decirme que dichos auriculares van a incorporar la tecnología Nano que es la misma que usan los Susvara. Vemos que estos rondan los 4500-6000€ y las gloriosas reseñas que dicen que eso nos conduce al Parnaso y pensamos inmediatamente «qué majos estos de Hifiman, nos van a dar unos Susvara a precio de saldo». Realmente no podemos medir esa tecnología, nadie desmonta unos Arya Stealth para comprobar si realmente han cambiado los imanes como dicen. Ese grado de fe en el fabricante me preocupa, se parece mucho a la estafa de los cartuchos de tinta para impresoras de los que ahora hay tantos vídeos.

Sería poco sorprendente enterarme que han despiezado los Arya v1, los Stealth y los Organic encontrando que el grosor de la membrana es idéntico, los imanes también y que lo único que han variado es la tensión y la respuesta en frecuencia.

Además la pregunta fundamental no es si ha habido un cambio tecnológico. Supongamos que es así y la membrana es más fina que nunca, ¿de verdad es como para cambiar de modelo cada año? Yo hablo de la experiencia musical y lanzaría la hipótesis de que esas mejoras en «detalle», «ataque» o «escenario» a lo mejor vienen más de modificaciones propias de la respuesta en frecuencia que de otras cosas.

Pero asumiendo que no sea así, ¿cambia tanto la experiencia musical? Ya he hablado muchas veces del periodo de luna de miel cuando llegan unos auriculares nuevos y parece que vamos a sentir siempre la música de esa manera. La realidad es que eso pasa, te acostumbras y entras en la rutina. Pueden ser los mejores auriculares del mundo que va a ocurrir eso con regularidad, nos acostumbramos y ahí es cuando Hifiman nos dice «¿Te gustaron los Arya Stealth? ¿Y si pruebas este «Organic» que luce diferente?».

Además tengo un problema, cuando hago comparativas siempre intento que el volumen esté nivelado entre ambos auricualres. Si tienen una respuesta en frecuencia muy parecida esto es más sencillo pero es curioso que cuando lo haces así algunas diferencias enormes se empiezan a reducir y al final no son para tanto. Cuando veo comparativas en internet nunca sé qué metodología han empleado, ¿esas diferencias son tan grandes? Yo me he equivocado muchas veces aun siendo cuidadoso.

Y escribo esto sabiendo que también a mí me gusta saber qué novedades hay, he sentido el resquemor de no comprar eso último que sale y las dudas que me surgen escuchando mis auriculares de si habrá algo de lo nuevo que me estoy perdiendo.

Pero también soy consciente de que eso me hace perder mucho tiempo y energía. Ver reseñas puede ser una forma más de pasatiempo, un pasatiempo que simultáneamente me convierte en potencial consumidor. Esta gente sabe que los seres humanos somos curiosos por naturaleza, nos preguntamos muchas veces «¿y si…?». Están explotando eso de una manera tan descarada y agresiva que en el proceso pueden estar causándonos problemas mentales.

Ver publicidad, comprar y vender nunca ha sido más sencillo. Antes tenías que ir a la tienda y en el proceso podías plantearte si de verdad lo que ibas a hacer merecía la pena o si lo necesitabas realmente, ahora ceder a los impulsos de urgencia iniciales es mucho más fácil a ritmo de Smartphone e internet. No es de extrañar tantísimas compras compulsivas de auriculares que después quedan en una estantería y se venden al cabo de los años sin apenas uso.

También alguien más capacitado que yo podría intentar explicar si tenernos comprando y vendiendo sin parar, aun a costa de nuestro propio bienestar interno, viene demasiado bien para tapar otros aspectos vitales no tan agradables. Si mi preocupación principal es encontrar la última oferta de los Ananda Nano quizás así no me fijo en aspectos sociales y económicos que podrían tener mucha más relevancia.

14 comentarios en “Hifiman y el hiperconsumismo”

      1. Así es. En mi caso me gusta y tengo el Hifiman Ananda, comprado a mitad de precio, y ahora el Nano, a buen precio también. Y aunque sí es cierto que hay cambios, uno piensa hasta que punto hay un salto tecnológico real.. y siempre uno pueso pensar en «¿qué hay mejor que esto?¿será el Organic un salto grande respecto a Nano? ¿Se justifica que valga el doble?…
        Y se cae en ese consumismo del que hablas

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      2. Esta «innovación» por desgracia no la vamos a saber hasta que alguien desmonte los auriculares y analice los componentes. Yo mismo lo haría gustosamente pero no tengo ni la formación ni el dinero como para destrozar unos pocos auriculares, ¿quizás ese sería un buen proyecto?

        Me imagino que al final acabaré probando alguno de los Ananda pero me da tanta pereza comprarlos cuando lo más probable es que no me los quede…

        Sigo pensando que el salto grande es más mental que otra cosa. Una vez llegado a un buen nivel (y seguro que esos auriculares suenan genial) simplemente olvidarnos del resto y disfrutar.

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  1. Excelente artículo, Jaime. Como ya es habitual.
    Tus apreciaciones dan en el clavo. También como es habitual.

    El otro día, precisamente, estuve escuchando los ORGANIC, comparándolos con los STEALTH (y también con los HK SE —no los «stealth»—, muy buenos, por cierto). Y, ciertamente, las diferencias están ahí… pero no para proclamar a los cuatro vientos que estamos ante un mejora «enormemente significativa». Hay, sin duda, más graves, más «pegada», más «soundstage»… pero no más profundidad (IMO). Tampoco diría que el timbre sea claramente mejor. De hecho, no me atrevería a decir que los ARYA, en general, se caracterizen por traducir «adecuadamente» la tímbrica instrumental. (Los únicos de los que he escuchado que se acercan, y bastante, son los SUSVARA.) Diría, sencillamente, que estamos ante perfiles distintos —y aquí ya entramos en el territorio de las preferencias. Probablemente, las diferencias tengan que ver, como dices, con la tensión del diafragma. Ahora bien, la trampa consiste en ceder a la impresión de que lo nuevo es mejor. Y digo «impresión» porque cuando estás acostumbrado al sonido de unos auriculares, al escuchar otros con un perfil distinto, se supone que decentes, fácilmente «percibirás» mejoras en el sonido. Pues probablemente escuches aspectos —que si más sub-graves, que si un poco más de separación…— que no escuchabas con los «de siempre». En cualquier caso, la moraleja es la que destacas: nunca hay que comprar HIFIMAN al precio de salida. A menos que te sobre el dinero, por supuesto… 😉

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    1. Muchísimas gracias Josep,

      Es que la novedad es tan importante… Simplemente cambiando un poco la estética de un producto ya eso hace mucho, a fin de cuentas uno no disfruta solo con los oídos. El aburrimiento, la costumbre, restan emoción y como bien dices escuchar sonidos levemente diferentes, la novedad de la experiencia, ya se traduce muchas veces en que nos guste más.

      Como no entiendo de electrónica no sabría decir cuán fácil es hacer algo así, pero imagino que simplemente modificando un poco la sensibilidad de los auriculares si sacas dos modelos afinados exactamente igual por el hecho de que uno se escuche más fuerte que el otro ya eso marca una respuesta emocional distinta. Es una lástima que todos estemos centrados en las «reviews» pero nadie en hacer un análisis físico de los auriculares midiendo sus componentes, haciendo una inspección visual, en definitiva desmontarlos y ver si lo que afirman es cierto.

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  2. Gran artículo.
    Respecto al hiperconsumismo, añadiría el poder de doble filo de los foros especializados. Por una parte son fuentes muy buenas de información y en principio más veraces que reseñas de youtubers, por ejemplo, ya que pensarías que en los foros hay «gente normal» como nosotros que se compra material y da su opinión.
    Pero por otro lado está el hecho de que si eres miembro activo puedes sentir la necesidad de estar actualizado constantemente y probar cosas que otros prueban, entrar en un bucle absurdo que tu bolsillo no puede mantener, solo para estar de alguna forma en la discusión. Una afición convertida en ansiedad. Supongo que pasa en muchos ámbitos: ciclismo, equipos informáticos, ropa…

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    1. Hola Eneko, muchísimas gracias por tu comentario :).

      Efectivamente ese es otro de los problemas, y es cambiar el foco de esta afición del gusto por la música al gusto por probar auriculares. Si de música se tratase pues sería de otro modo, pero al cambiar a «cómo se escucha la música a través de…» puede haber esa presión.

      Lo de la ansiedad son cifras de las que no se habla pero este modelo de consumo está claro que no nos quiere viviendo tranquilamente. Así, móvil en mano, somos más susceptibles de caer en eliminar esa ansiedad de forma inmediata comprando pues es lo que obviamente quieren.

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  3. A mi me da que Hifiman lo que quiere es acaparar mercado.Esta sacando del mismo modelo (precio) varias versiones con la tecnología de versiones superiores (variación de sonido mas o menos sutil).Y ahora baja los precios, para rematar.Es una empresa, no se le puede pedir peras al olmo.
    El hiperconsumio lo generamos los clientes(que compramos compulsivamente) ,que estamos consumiendo mucha información en internet.En los años 80 y 90, esto no era tan desmadrado
    Un saludo.

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    1. Buenas Jose, gracias por tu comentario.
      Más razón no puedes tener, al final es una mezcla de una empresa con su propia política de ventas-publicidad y la coyuntura social que lo permite. Obviamente cuando en los 90 había que ir a una tienda a comprar y pedir asesoramiento existía más tiempo para reflexionar y no ceder al primer impulso. Eso sin contar la pérdida de trato personal pero eso ya es otro asunto.
      No digo que seamos víctimas, si no consumiéramos tanto pues no se darían estas cosas, pero que juegan con nuestra psicología me parece más o menos evidente. También ayuda que posiblemente la propia publicidad generada en reviews sea muy eficaz, no creo que una empresa ceda productos gratis si no saben que va a haber algo en retorno.
      Un saludo

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  4. Antes de nada, muy buen post!, muy interesante.
    Entiendo lo que dices y no te falta razón pero… dejando a un lado que para Hifiman lo importante es abusar del ansia consumista (como a la gran mayoría de fabricantes) para vender más y más, lo cierto es que la culpa también es del consumidor por dejarse llevar por esa ansia (nadie nos apunta a la cabeza para que compremos nada). Si bien es cierto que entre una versión y otra no hay un gran avance, también lo es que SÍ hay algún avance y, por tanto, si frenamos esa insaciable necesidad de tener lo último! lo mejor! nos podemos beneficiar de esa política agresiva que tienen.
    Pongamos de ejemplo el Ananda (valdría el Arya también): Hace 4 días el Stealth era el último modelo y poco después sacan el Nano, ok, consecuencia: Baja de precio el Stealth (que sigue siendo el mismo auricular igual de bueno) y el Nano mejora ligeramente el anterior y baja el precio de salida. Bien… el problema, si acaso, está en la rabia que le dará al que compró el Stealth hace unas pocas semanas por un precio superior pero, y el usuario que aún no lo ha comprado? todo son ventajas no? O sería mejor que sacaran un modelo y no avanzaran durante 10 años manteniendo el mismo precio? no sé, pros, contras… en fin, sabiendo que van a seguir haciendo lo que hacen me limito a ver el lado positivo e intentar beneficiarme de él, con la única condición de que, en el momento en que me estoy comprando un producto, me parezca que el precio que estoy pagando en el momento en que lo hago es justo. Luego ya…
    Un poco de autocontrol y de saber disfrutar de las maravillas que tenemos en posesión!

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    1. Buenas!
      Muchas gracias por tu comentario.
      En ese sentido mi actitud como has podido comprobar es bien diferente pues para empezar tendríamos que definir lo que llamamos «avance». A priori prefiero llamarlo «diferencias». No dudo de que haya diferencias entre dos auriculares diferentes, eso es más o menos obvio ya que incluso entre auriculares del mismo modelo puede haber variaciones en los drivers, pero de ahí a que lo nuevo sea intrínsecamente «mejor» o «más avanzado» hay un salto importante.
      Esto es muy diferente de, por ejemplo, el mundo de las tarjetas gráficas u otros elementos donde se pueden cuantificar los resultados. Si el fabricante dice que un nuevo modelo va a rendir un 10% más de FPS entonces hay maneras de comprobarlo. Ojo, no digo que la experiencia subjetiva no sea importante, solo que resta validez externa a nuestra evaluación de cuánta «mejoría» hay realmente. Como mucho puedo asegurar que yo noto una diferencia que considero positiva pero habrá otros para los cuales esa diferencia sea mínima, inexistente o incluso negativa.
      Aquí nos movemos también en el mundo de las expectativas y el hype creado por las reseñas, el fenómeno de «luna de miel» y demás.

      Por otro lado no veo que eso sea tan positivo para los consumidores, sobre todo en el lado de la salud mental. Efectivamente podemos decir que nadie nos pone una pistola en la cabeza para comprar nada pero al mismo tiempo se nos bombardea con mensajes bastante evidentes de que si no tenemos lo último no estaremos disfrutando de la música como se merece. Para mí el escuchar música ha de hacerse estando relajado, olvidando en la mayor medida posible la cadena de audio; cuando hay tanta insistencia por parte de los fabricante de que estemos muy pendientes de nuestro equipo por algo será.
      Podría decir que nuestro estado interno es cosa nuestra, culpabilizarnos de esa falta de autocontrol, y no faltaría razón. Pero que el ambiente donde vivimos propicia la compulsividad e insatisfacción me parece algo muy evidente.

      Como dices, lo suyo es estar satisfecho con la compra y tener control sabiendo que esto es lo que toca y que el modelo que compramos hoy bien puede estar a la mitad de precio en unos meses.

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