Hace poco, a consecuencia de un concierto cuya amplificación era excesiva, decidí ir a un centro auditivo para evaluar mi audición.

No voy a entrar en lo que es más excitante para cada uno pues habrá a quien le encante la sensación de estar en una habitación a todo volumen, sino en lo que es saludable. Y desde luego, si ir a un concierto supone la posibilidad de lesionarte los oídos (y con ello perjudicar tu propia afición y disfrute de la música) pues ahí lo dejo.
Sin embargo, podemos optar por llevar, de manera preventiva, uno de esos tapones que dicen atenuar, según el filtro empleado, un número de decibelios para todas las frecuencias. Como por ejemplo estos que venden en Amazon.
Pero lo que desde luego creo que es recomendable para alguien que escucha mucha música al día con auriculares es hacerse, de vez en cuando, una revisión audiométrica.
En mi caso decidí ir a Todoído, un centro auditivo en mi ciudad que me habían recomendado, y la verdad es que el trato recibido fue excelente.
Tambien salí muy satisfecho porque, para mi alivio, la audiometría no revelaba problemas, pero también porque me había dado algunas ideas que escribiré próximamente.
Os dejo mis resultados: