¿Por qué este blog?

En esta primera entrada quería explicar por qué he decidido escribir este blog.

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Los primeros auriculares que compré, hace ya 16 años, fueron unos Sennheiser de unos 90€ con micrófono integrado. He de decir que en su momento me parecieron la cosa más maravillosa del mundo y pasé unas horas felicísimas escuchando música en total intimidad.

Pero el que fueran los primeros auriculares de mi propiedad no implica que no conociera en ese momento otros que sonaban positivamente mejor. En mi familia mi hermano tenía unos Grado SR1 y mi padre otros Sennheiser de gama media cuyo modelo no recuerdo. También disfrutábamos de muchísima música en directo y de que mi padre construía altavoces y amplificadores.

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Mis primeros auriculares todavía resisten.

Mi primer modelo Hi-Fi llegó cuando gané algo más de dinero. Fueron los Grado PS500 junto con el DAC Schiit Bifrost Uber y el amplificador Asgard 2. Luego pasaron los años y empecé a descubrir algunas cosas curiosas como que esos auriculares, pese a que sonaban bien, me resultaban incómodos para escuchas de más de cuarenta minutos, o que había grabaciones que parecían demasiado chillonas.

Me llevó cierto tiempo desarrollar una escucha crítica de un auricular que me encantaba, pero una vez que se comienza ya no hay marcha atrás. Decidido a probar otras cosas, he pasado por los Focal Elear, Clear y , en tienda, los Utopia; los Audeze LCD-2 y los LCD-X, los Stax 2170 y L700, Sennheiser HD600… Todo esto sirvió también para que me decidiera a cambiar de amplificador y DAC al comprobar que gran parte del carácter de un auricular iba a depender de ellos.

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Probando…

De todo ese periodo de prueba han quedado en mi habitación el combo Cayin iDAC-6 e iHA-6, el amplificador Stax SRM-353X y los auriculares Stax L700, Focal Clear y Audeze LCD-X. Fueron los que más me convencieron y así podía tener sonoridades distintas de las diferentes tecnologías que hay: electrostática, ortodinámica y dinámica.

Ahora mismo sé que tengo auriculares que me gustan pero quiero explorar otras opciones. Así, este blog va a ser un experimento, una especie de diario personal donde voy a volcar las impresiones que los distintos auriculares me vayan produciendo.

Algunas de las ideas y criterios que he ido madurando para aplicar a mis reseñas son las siguientes:

  • Cada persona tiene su propio oído pero aquí hablo del mío. Todos nuestros sistemas receptivos son diferentes (oreja, conductos, tímpano, huesecillos, cóclea, cerebro…). Por tanto cuando diga que un auricular tiene más o menos agudos, o más o menos graves, o suena más o menos presente, hay que entender que hablo de mi percepción. La tuya puede ser bien distinta.
  • Cada uno tenemos nuestro propio gusto musical. Me encantan muchos géneros de música pero sobre todo la clásica, el jazz, las bandas sonoras, el rock… El que haya recibido formación musical (toco el piano, el laúd y la vihuela) no implica que mi criterio sea «mejor» sino que puedo andar buscando unas sonoridades distintas. Cada uno ha de conocerse en ese sentido y explorar por su cuenta.
  • Nada es capaz de sustituir la escucha atenta e íntima de un auricular. He podido leer reviews que hablan de cómo voy a sentir con tal o cual equipo, de cuánto nivel de detalle voy a escuchar o de cómo va a ser mi respuesta emocional; y luego no ha ocurrido nada de eso. Por mucho que me recomienden algo, el momento de la verdad se produce en nuestro cuarto en total intimidad.
  • Creo firmemente en la utilidad de las mediciones, en las gráficas FR y de distorsión y otras, pero nada nos excusa de escuchar por nuestra cuenta. Para mí son más útiles como herramienta comparativa (si se realizan en las mismas circunstancias de medida, y al parecer esto es bastante complejo) y para entender aproximadamente qué sonoridad es la que podría casar más con nosotros. Si ya sabemos que unos agudos resaltados nos son molestos, esto puede orientarnos hacia qué auriculares pueden gustarnos más. Y aun así puede haber sorpresas.
  • Para mí ni siquiera el mejor sonido justifica quedarse un auricular si resulta incómodo. En alguna ocasión he tenido que hacer de tripas corazón y rechazar sonoridades muy interesantes porque simplemente el confort no era bueno.

Espero que, aun así, sea de interés.

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